Por Javier Parbst*
El parate de la economía tiene consecuencias. La primera consecuencia es que estamos salvaguardando la vida de miles de argentinos de una forma humanista que sorprende a otros países donde el individualismo y la deshumanización colectiva son aún mas profundas. Y la segunda es que frenada la economía nacional necesitamos dinero para cuidar al Pueblo Argentino. Hay sectores que se enriquecieron a costa del sacrificio de trabajadores y trabajadoras durante los últimos 4 años de aniquilación financiera de nuestro país. Vayamos por ahí.
Art. 40: «…Los servicios públicos pertenecen originariamente al Estado y bajo ningún concepto podrán ser enajenados o concedidos para su explotación. Los que se hallaran en poder de particulares serán transferidos al Estado, mediante compra o apropiación con indemnización previa, cuando una ley nacional lo determine».
Así reza la constitución emancipadora que consagramos en 1949, derogada por un gobierno de facto que previamente bombardeó Plaza de Mayo; hasta podríamos considerarla vigente… pero volvamos al presente, en notas anteriores decíamos: «¿Por qué empresas de servicios públicos que rinden grandes utilidades anuales son privadas girando millones y millones al exterior? ¿No podría esa plata quedar en la Argentina, para bien de los argentinos? ¿Podrá, aún hoy, refutarse con la mentira ya comprobada de que «los privados administran mejor»?
Esas falacias quedan truncas por las mismas empresas y por el propio capitalismo neoliberal, que ya no puede disimular su búsqueda del lucro sin importarle la vida humana. Volvamos a la razón, los valores y la Patria; de eso trataban las conquistas colectivas del primer Peronismo. El odio a Perón nunca fue el odio a un hombre, sino que fue y es el odio a una doctrina profundamente humanista, que rompe un sistema injusto y elitista. Aún así ese sistema es defendido por muchos oprimidos inseguros de lo desconocido, de lo revolucionario, de lo popular, porque eso les obliga a romper con valores de educación y consumo con los que los formaron en la escuela y en los medios masivos durante toda su vida.
El art. 40 arranca diciendo: «la organización de la riqueza y su explotación tienen por fin el bienestar del Pueblo», no dice «la libertad de empresa», el invertir cada uno, las posibilidades y demás baratijas, dice «tienen por fin el bienestar del Pueblo», y sigue aún más para hacer temblar a los privilegiados: «el Estado, mediante una ley, podrá intervenir en la economía y monopolizar determinada actividad, en salvaguardia de lo intereses generales» Si, no te sorprendas, monopolizar determinada actividad.
Hoy los Majul, los Longobardi, los Vilouta, los miserables a sueldo para traicionar a su Pueblo, alertarían del «Monopolio Tirano!!» Llenarían editoriales hablando de lo malo que son los monopolios con la misma cara de piedra que hoy, rodeada y asfixiada nuestra economía nacional de monopolios internacionales, no dicen nada, callan y hasta lo justifican si es necesario con la «libertad» de empresa. El verdadero monopolio debe ser estatal, para resguardar intereses estratégicos de la Nación, y lo es en todos los países del mundo que se dignan de ser soberanos.
Continuamos… «Los minerales, las caídas de agua, los yacimientos de petróleo, de carbón y de gas, y las demás fuentes naturales de energía, con excepción de los vegetales, son propiedad imprescriptibles e inalienables de la Nación, con la correspondiente participación en su producto que se convendrá con las provincias». Acá el vendepatria, acostumbrado a hacer negocios desde siempre con empresas extranjeras, se tambalea, casi pierde el equilibrio y se abre un poco la camisa. Ya es demasiado, esto es un proyecto nacionalista en serio, soberano.
Y ni hablar si sumamos el art. 39: «El capital debe estar al servicio de la economía nacional y tener como principal objeto el bienestar social». Y el art 38: «La propiedad privada tiene una función social»
Por todo esto se derrocó a Perón, porque el Peronismo era revolucionario, porque era nacional, porque enfrentaba al imperio, y a esa oligarquía que siempre fue servil al imperio de turno. Porque Si! Lo afirmamos una vez más para la aceptación de todos y todas, los yankees son un imperio. Como los de las películas, pero de verdad, lo que es bastante peor.
Los últimos cuatro años de macrismo representando a la derecha fue un gobierno frío, mezquino, alejado de la gente, del Pueblo, elitista, mercadista, financiero, y eso se sentía en la deshumanización que expresaban tanto Macri como su codiciosa colega Vidal. Y fueron años, también (a no olvidarlo argentinos) donde las empresas de servicios en manos privadas fueron el instrumento mayor de despojo del sueldo y de los bolsillos de los y las trabajadoras argentinas, de los laburantes, de los pequeños empresarios. Nos saquearon empresas capitalistas que giran sus ganancias al exterior. Capitalismo básico. ¿Cuándo vamos a entenderlo? ¿Cuándo vamos a actuar para remediarlo? Compatriotas, el momento es ahora!
Tenemos que recuperar la soberanía nacional, la potestad de crear y hacer nosotros mismos, necesitamos empresas nacionalizadas que capitalicen sus ganancias en nuestra Patria y a favor del Pueblo. ¿Cómo puede ser que en un país donde está todo por hacerse, tengamos mano de obra desocupada? diría el Gral. Perón, Recursos naturales de todo tipo inutilizados, o sino, se los llevan los gringos. Es hora de volver a Perón, pensar en nacional y animarse a ser libres. Tenemos con que hacerlo.
* PERONISMO 26 DE JULIO TIGRE.
Abril 2020

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