El amanecer de los pueblos

El amanecer de los pueblos




Contra la usura, contra el egoísmo, contra el individualismo de la oligarquía mundial, están los Pueblos. Aquellos que luchan y que, con tozudez, se niegan a aceptar un mundo injusto y mezquino construido sobre la sangre y el sudor de las mayorías. Se trata, como decía Eduardo Galeano, de que no triunfe el miedo.
“¿Qué es Roma sino la sangre y el sudor y el dolor de los esclavos?
Pondremos fin a Roma y haremos un mundo en que no haya ni amos ni esclavos”.
*Espartaco
Pensar en la palabra siempre es una invitación a vernos a nosotros como Pueblos, en plural, como Pueblos del mundo, hombres y mujeres luchando por existir, cuando no por subsistir, intentando Ser y Vivir libres. No queremos cualquier vida y de eso se trata; de que ese deseo, y su respectiva lucha, son inacabables, inclaudicables y siguen, justamente, siempre.
Hay algo que esta globalización que contamina no puede contener: Es la lucha, las luchas de los Pueblos que siempre, a lo largo de la historia, se enfrentaron a los opresores.
Y la diferencia hoy -que debemos transformar en oportunidad- es que esta globalización, como decíamos, si bien contamina, también informa. Manipula, coloniza incautos, pero también informa como nunca. Podemos enterarnos, si logramos romper los velos de mentiras y calumnias, de los reclamos de cualquier Pueblo del mundo en segundos por las redes. Estamos en un mundo nuevo. Eso significa que estamos ante una nueva oportunidad histórica de que los Pueblos, de una vez por todas, triunfen y con ellos la justicia real, la de las mayorías.
“La historia existe siempre, al igual que la lucha. La lucha la mancillan, la diluyen, la menoscaban. Así queda solo la historia estéril, sin emociones, sin heroicidad. Sin embargo SIEMPRE la lucha y la historia vuelven a encontrarse. La historia es lucha. Lucha de los Pueblos contra los privilegiados, de hoy y de hace 2000 años”.
Es Espartaco luchando contra Roma, son los Pueblos originarios contra el invasor, son los Pueblos hambrientos contra las monarquías, son las luchas populares de los últimos siglos contra el capitalismo elitista que margina y excluye.
Siempre nos ocultaron, siempre nos tergiversaron y siempre, sobre todo, nos mintieron; mintieron los ricos, mintieron los privilegiados, los dueños de todas las cosas, mintieron los lacayos y traidores que por monedas, sumisión y complejo de inferioridad se arrodillan ante los poderosos; fue así que instalaron una historia falaz e hipócrita que menoscaba toda moral colectiva y nacional de los Pueblos.
Pero la verdad, las tradiciones orales, las historias, siempre se filtran, pasan, por más diques que pongan la verdad como el agua pasa, busca nuevos causes, nuevos rumbos y pasa, llega, sobrevive y también triunfa.
Es hora de que la verdad triunfe, definitivamente y para siempre. Para nosotros y para los que vendrán. Para los de hoy y para los de mañana.
Contra la usura, contra el egoísmo, contra el individualismo de la oligarquía mundial están los Pueblos, los marginados, los excluidos, los pobres y los humildes de los Pueblos que luchan y no se resignan tozudamente a aceptar un mundo injusto y mezquino construido sobre la sangre y el sudor de las mayorías y donde Siempre, siempre seguiremos dando batalla hasta que el sol de la libertad brille en nuestras frentes. Se trata, como decía Eduardo Galeano, de que no triunfe el miedo por sobre la razón de los Pueblos.
En eso estamos, hoy como siempre, convencidos de que cuando la noche es más oscura, más cerca está el amanecer… y hoy, mañana, más pronto que tarde ese amanecer será de los Pueblos.
Para Siempre!
Febrero 2018

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